viernes, 19 de julio de 2019

HACIA UN GOBIERNO CORPORATIVO EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS





HACIA UN GOBIERNO CORPORATIVO EN LAS ENTIDADES PÚBLICAS




Antecedentes


Las entidades públicas de cualquier gobierno, desempeñan un papel fundamental en la economía y los gobernados de todo país. Ellas son decisivas en el desarrollo de las funciones del Estado y representan un medio para otorgar a los ciudadanos, los recursos y/o servicios que éstos requieren para tener una mejor calidad de vida. No obstante, conforme se va presentando un crecimiento económico, las entidades públicas se enfrentan a una mayor complejidad en el manejo del capital público y a una exigencia superior en la administración y control del mismo. Por tal motivo, la manera de gobernar dichas entidades públicas se torna más complicada. En México, a partir de la década de los noventa, el Estado decidió realizar una intervención en el sector público para generar una modernización del mismo, considerando como un punto central, la mejora de la eficiencia y eficacia en la administración pública. Por lo anterior, el objetivo de este boletín de gobierno corporativo en su emisión de verano, es presentar en éste y los siguientes artículos que lo componen, algunas reflexiones y alternativas para incorporar prácticas de gobierno corporativo en entidades del sector público.

 ¿Por qué la necesidad de un buen gobierno en las entidades públicas?

La creciente complejidad de las entidades gubernamentales ha hecho necesario establecer más y mejores controles a la administración de las empresas públicas en virtud de las importantes carencias en el sistema de manejo de las mismas.
En términos generales, se pueden identificar los siguientes factores como los responsables de un mal proceso de gobernabilidad:


1. La carencia de un mercado competitivo y la consiguiente falta de necesidad de procesos efectivos y eficientes.

2. Fácil acceso de las entidades a los recursos financieros, lo cual puede generar un despilfarro económico elocuente

3. El respaldo del Estado a las entidades públicas, lo cual afecta la responsabilidad que en otras circunstancias deberían asumir sus administradores ante la escasez de recursos.

4. Los periodos políticos y sus cambios, que obligan a las entidades a cambiar sus perspectivas de objetivos y políticas.

5. La corrupción que propicia el manejo de los recursos según intereses personales, además de la ineficiencia de los agentes regulatorios para evitar la misma.

Gobernabilidad en el Sector Público


Si bien existe una falta de credibilidad hacia las entidades del sector público, también es necesario reconocer que éstas no pueden mejorar sin la participación y el apoyo de los ciudadanos como principales agentes de cambio.


 Ante la necesidad de implementar prácticas que permitan fomentar la adecuada gobernabilidad de las entidades públicas encontramos al gobierno corporativo. El gobierno corporativo es un mecanismo que sirve de guía y contrapeso a la administración de las entidades para asegurar la transparencia en sus operaciones, los resultados de una buena gestión y la eficiencia en los productos y servicios que se ofrecen. Apoyadas en este mecanismo, las entidades públicas pueden realizar una actividad independiente, objetiva y de fortalecimiento a su administración para agregar valor y mejorar sus operaciones.


El hecho de que las entidades públicas sean distintas de las empresas privadas no implica que la administración de las mismas tenga que ser diferente. De hecho, la gobernabilidad de éstas requiere que se lleve un proceso mucho más estricto, ya que todos los recursos que se utilizan y todos los beneficios que se obtienen pertenecen a los terceros involucrados, es decir a todos los ciudadanos.

Principios para una gobernabilidad efectiva en las entidades de sector público

A efecto de que el sector público pueda identificar algunos elementos de gobierno corporativo que pueden contribuir a su funcionalidad, a continuación se  destacan algunos principios:


1. Liderazgo y compromiso de los órganos de gobierno


Para crear un sistema de gobierno efectivo, la composición del consejo de administración y demás órganos de gobierno, llámese comités especiales u otros similares de apoyo al consejo, deben tener claridad sobre las responsabilidades que se asumen y el compromiso que existe para con los ciudadanos.



El establecer una estructura de gobierno bien definida, no garantiza el buen funcionamiento de los órganos de gobierno si los miembros que los integran desconocen sus responsabilidades y además, no se les obliga a que rindan cuentas sobre su mandato.

Una deficiente selección de miembros para los órganos de gobierno puede ocasionar varios problemas, entre los cuales evidentemente se encuentra el incumplimiento de sus deberes. Por ello, la definición de un buen perfil para la integración de los órganos, debe tomar en cuenta los conocimientos, experiencia y las cualidades de las personas, así como los estrictos lineamientos éticos y de conducta que se espera que sigan dentro de la entidad.


2. Comunicación

Una de las oportunidades actuales del sector público está puesta sobre la comunicación entre sus áreas y todos aquellos campos vinculados a sus operaciones y servicios. Dicha falla en la comunicación limita la fluidez en las operaciones de las entidades, y entorpece la llegada de información en los tiempos y con la oportunidad que se requiere hacia los filtros correspondientes, afectando con esto la capacidad para una adecuada y eficiente toma de decisiones.


Establecer canales de comunicación funcionales y métodos para distinguir el tipo de información que cada órgano de gobierno debe recibir, guía a los miembros de los órganos de gobierno hacia un mejor proceso de toma de decisiones.


3. Rendición de cuentas



Para identificar correctamente cuándo debe haber una rendición de cuentas, se debe definir quién es responsable, por qué es responsable, de qué es responsable y cuándo es responsable. La falta de estos criterios amenaza el cumplimiento de los objetivos organizacionales. Cuando la rendición de cuentas es adecuada se conocen las funciones de cada uno de los miembros y se optimiza la respuesta ante cualquier contingencia.


4. Transparencia



Tal vez la transparencia en todos sus aspectos constituye el elemento más importante que debería tener el sector público en nuestro país. La falta de claridad en la información debilita la confianza en las entidades públicas por parte de los terceros involucrados.


Mostrar cómo se obtienen los recursos, el gasto de los mismos y la administración de las operaciones, demuestra que las entidades públicas son fiables, responsables y con una buena gobernabilidad, además de ofrecer una óptima imagen pública.



¿Quiénes son los dueños de las entidades públicas?


Dentro de una empresa, se le llama accionista a aquel que es dueño de la sociedad. En el sector público de México, las entidades representan una parte de la propiedad de cada uno de los mexicanos, por lo que los accionistas de las empresas públicas somos todos. En un buen gobierno corporativo los accionistas son fundamentales en la toma de decisiones de las empresas. Por tal motivo, es responsabilidad de los ciudadanos estar enterados y al pendiente del manejo de las entidades públicas pues éstas son parte de su patrimonio y a través de su adecuada gobernabilidad, generan beneficios para la comunidad en su conjunto.




Conclusiones


 El ciudadano basado en sus derechos constitucionales, debe exigir a las autoridades correspondientes el buen manejo de las distintas entidades públicas y el adecuado desempeño de aquellos que han sido elegidos para gobernar en las mismas. Por su parte, solo considerando la implementación de prácticas de gobierno eficientes, las entidades del sector público mexicanas competirán bajo los mismos estándares que las empresas del sector privado y contribuirán a mejorar la economía y la sociedad en su conjunto.



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