viernes, 5 de abril de 2019

LA AREOPAGÍTICA.





LA AREOPAGÍTICA.




JOHN MILTON




«This is true Liberty when free born men
Having to advise the public,
may speak free, Which he who can, and will, deserves high praise;
Who neither can, nor will, may hold his peace:
What can be juster in a State than this?





Continuamos en el mes de la Teoría Política y mi segundo invitado como ya se los había anunciado en el artículo anterior de John Locke, es nada más ni nada menos que John Milton, otro inglés, de la misma época de las revoluciones, quizá no muy reconocido pero si constituye un nombre obligado no solo en los estudios de ciencias políticas por su valioso aporte contra la monarquía, sino además por famoso legado en defensa de la libertad de expresión.



Aunque su obra más reconocida como poeta fue el paraíso perdido, en esta oportunidad nos vamos a centrar en ese escrito casi un Himno a la libertad de expresión la Areopagítica.   



John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608-ibídem, 8 de noviembre de 1674) fue un poeta y ensayista inglés, conocido especialmente por su poema épico El paraíso perdido (Paradise Lost). Políticamente fue una figura importante entre los que apoyaron la Mancomunidad de Inglaterra. Ocupó el puesto de ministro de lenguas extranjeras bajo el mandato de Oliver Cromwell y sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América.


Es obligado hacer un recorrido por los acontecimientos de la Inglaterra de la época que inspiraron tremendo escrito y es que recordemos que la reina Isabel I murió sin dejar descendencia, cesando así la dinastía Tudor, e iniciando la de los Estuardo, al pasar la corona a Jacobo I, que era también rey de Escocia e Irlanda. Con el ascenso al trono de su hijo, Carlos I de Inglaterra, las tensiones entre el parlamento y el monarca comenzaron a amenazar la monarquía: Carlos I quería unificar los tres reinos (Inglaterra, Escocia e Irlanda) bajo un solo reinado, pero el parlamento temía que esto modificara las tradiciones de la corona inglesa, disminuyendo el poder parlamentario. El matrimonio del rey con una mujer católica también generó preocupación en los anglicanos. Por otro lado, Carlos I buscaba la gloria en las guerras europeas, lo cual requería de fuertes tasas de impuestos. Las tensiones se acrecentaron cuando el parlamento intentó procesar al duque de Buckingham, favorito del rey, por lo que éste decidió disolver el parlamento. Después de 11 años de tiranía, se inicia una revuelta en Escocia, que constituye el comienzo de las Guerras de los tres reinos. Tras la derrota en Newcastle, vuelve a convocar el parlamento, que se muestra más hostil de lo que había sido antes. El 3 de enero de 1642, Carlos envia al Fiscal General del Estado a la Cámara de los Lores para procesar por alta traición a varios Comunes. El intento de arresto precipitó la guerra civil.


Después de esta primera guerra, Cromwell tomó poder en el lado parlamentario, sofocando sublevaciones e invadiendo a Escocia. Cuando el parlamento decide negociar con Carlos I, Cromwell inicia un golpe militar, separando así al bando parlamentario en dos e instaurando la Mancomunidad de Inglaterra. Carlos I de Inglaterra fue decapitado el 30 de enero de 1649, con lo que se inician los años de la república y el protectorado, hasta la Segunda Guerra Civil Inglesa.


Bajo estos acontecimientos Milton escribe su grandiosa obra, ahora si detengámonos a recorrer brevemente sus ideas y planteamientos dentro de la misma.



La Areopagítica o por su título completo Areopagitica: A speech of Mr. John Milton for the liberty of unlicensed printing to the Parliament of England, que en español dice Areopagítica: Un discurso del Sr. John Milton al Parlamento de Inglaterra sobre la libertad de impresión sin censura) es un tratado polémico en prosa de 1644 escrito por el autor inglés John Milton contra la censura. Areopagitica se encuentra entre las defensas filosóficas más influyentes y apasionadas del principio del derecho a la libertad de expresión, el cual fue escrito para oponerse a la censura y a la necesidad de licencia de impresión y está considerado una de las defensas más elocuentes de la libertad de prensa que se hayan escrito jamás.



El texto fue publicado el 23 de noviembre de 1644, en el apogeo de la Guerra civil inglesa. El título Areopagitica hace referencia a un discurso escrito por el orador ateniense Isócrates en el siglo V antes de Cristo. (El Areópago es una colina en Atenas, sitio en el cual se asentaban una serie de tribunales reales y legendarios, y fue el nombre de un consejo cuyo poder Isócrates intentaba restablecer.) Al igual que Isócrates, Milton no tenía ninguna intención de pronunciar su discurso en forma oral. En cambio fue distribuido mediante un panfleto, desafiando la misma censura a la publicación contra la que se argumentaba.



Si bien Milton, apoyaba al Parlamento, argumentaba con énfasis contra la Licensing Order of 1643, haciendo notar que la censura nunca había sido parte de las sociedades griega y romana clásica. El tratado abunda en referencias bíblicas y clásicas a las cuales Milton recurre para reforzar su argumentación. Para Milton este era un tema que lo tocaba en forma personal ya que él había sufrido censura en su esfuerzo para publicar diversos escritos defendiendo el divorcio (un planteamiento radical en esa época y un tema en el cual iba en contra del parecer de los censores).



Antimonárquico y adscrito al sector radical, por un tiempo abandonó la poesía y ocupó el cargo de secretario del Comité de Asuntos Exteriores del gobierno de Oliver Cromwell. Luego, con la restauración monárquica, se vieron frustrados todos sus ideales políticos y, por otra parte, su ceguera era ya total. Se retiró de la vida pública y dedicó los últimos años de su vida a la poesía.



Sin duda, entre la extensa literatura defensora de la libertad de expresión y de prensa destaca el discurso que el conocido poeta republicano John Milton(1608-1674)1dirigió al Parlamento de Inglaterra el 24 de noviembre de 1644,en plena Revolución Puritana, con el singular título de Areopagitica. A Speech for the Liberty of Unlicensed Printing to the Parlament of England, ocupando en la historia del pensamiento político un puesto comparable a las Cartas sobre la Tolerancia de John Locke, las reflexiones de Spinoza contenidas en el Tratado Teológico-Político, o el ensayo Sobre la Libertad de John Stuart Mill. 


El discurso que Milton escribió en defensa de la extinción del férreo sistema de censura vigente en la Inglaterra de mediados del siglo XVII constituye el ensayo fundacional de la tradición del libre debate4, el primer escrito de la modernidad que contiene una defensa explícita de la libertad de expresión bajo la manifestación de la libertad de prensa, representando  la génesis del argumento más esgrimido en el moderno proceso de conceptualización de la libertad de expresión, esto es, el libre embate dementes y opiniones como medio para alcanzar la ulterior conquista de la verdad y la libertad, habiendo generado una extensa literatura crítica en la doctrinaeuro-atlántica.


La Areopagítica es mucho más que un mero alegato a favor de la libertad de prensa. En efecto, en la estructura axiológica que fundamenta la defensa miltoniana de la libertad de expresión se entrelazan tanto los clásicos principios del humanismo racionalista, esto es, la libre autorrealización individual a través del conocimiento y el ejercicio de la razón, autorrealización racional que visiona al individuo como sujeto moralmente autónomo capaz de discernir entre el bien y el mal, sujeto dinámico sometido al continuo devenir que implementa la incesante conquista de la verdad y de la libertad, como el emergente énfasis que la incipiente doctrina republicana hizo recaer sobre el humanismo cívico de corte maquiavélico, esto es, la necesaria conjugación de la dimensión individual y colectiva de la libertad, la inevitable integración de la libertad individual en el dinamismo de la igualitaria realización pública. Así, la defensa de la libertad de prensa que Milton articula en la Areopagítica implementa un concepto plural de libertad, individual y colectivo, privado y público, dinámico y abierto, en la medida en que el ejercicio libre y racional de la libertad de expresión no sólo contribuirá a la autorrealización individual sino también al progreso colectivo, constituyendo así el dinamismo político y social presupuesto fundacional de la argumentación que Milton sostiene en la Areopagítica.


Interconexión de conceptos diferentes que auguraban la permanencia y universalidad de la Areopagítica, alcanzando influencia incluso entre los pensadores de la misma Revolución Puritana y en la ideología republicana y Whig inglesa de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. En efecto, las doctrinas areopagíticas constituirán presupuesto argumental no sólo para la literatura toleracionista que de la Revolución Puritana representan los escritosde William Walwyn, John Lilburne, Richard Overton, Gilbert Mabbott y JohnGoodwin8, entre otros, sino también para Whigs defensores de la libertad de expresión como Charles Blount, William Denton y Matthew Tindal9. Asimismo, los principios areopagíticos vuelven a resonar en las doctrinas defensoras de la libertad de prensa del primer tercio del siglo XVIII, como reflejan los escritos de  Daniel Defoe y Anthony Collins10, y, especialmente, en los conocidos artículos periodísticos que en defensa de la libertad de expresión y de prensa John Trenchard y Thomas Gordon publicaron en las llamadas Catos Lettersentre1720 y 1723, que alcanzarían notable repercusión en la defensa de la libertad de prensa en las colonias norteamericanas.



En efecto, a finales del siglo XVII la fama de John Milton se había extendido ampliamente por las colonias de manera que a principios del siglo XVIII, en1714, la Universidad de Yale disponía de una completa colección de la prosa y de la obra poética miltoniana, y a través de la generosidad Thomas Hollis, gran admirador de Milton, la Universidad de Harvard recibió una gran parte de lo que llegaría a ser la mayor biblioteca miltoniana en el continente americano. Así, el ensayo a favor de la libertad de prensa es, sin duda, el escrito de prosa miltoniano más frecuentemente reeditado, siendo reimpreso con frecuencia en el siglo XVIII13. En efecto, la primera edición separada de la Areopagítica data ya de 1738 (A. Millar, London), con Prefacio del poeta James Thomson, cuando peligraba el renacimiento del inquisitorial sistema de censura inglés, tres años después del célebre proceso colonial por libelo sedicioso contra el impresor Peter Zenger de Nueva York, alcanzando notable circulación por las colonias.



Notablemente influenciado por sus teorías políticas, Milton esgrime en la Areopagíticauna serie de argumentos en defensa de la libertad de prensa y de la extinción del férreo sistema de cesura previa vigente en laInglaterra de 1644. En primer lugar, respondiendo a la concepción del humanismo racionalista, en un discurso apologético a favor de los libros, Milton afirma que la libre discusión de mentes y opiniones contribuye al conocimiento y al ejercicio de la razón y, en consecuencia, a alcanzar la virtud y la libertad, por esto afirma «que tal sistema de licencias en modo alguno conduce al fin  para que fue inventado», antes al contrario, advierte al Parlamento de Inglaterra de los perjuicios que causa todo sistema de censura, desincentivando todo tipo de aprendizaje y de saber, reprimiendo la formación tanto del pueblo como del propio gobernante y limitando, por tanto, las expectativas de todo progreso político y social, de ahí que la constante transmisión del conocimiento alcance un sustrato axiológico de primer orden en la argumentación que sostiene Milton en la Areopagítica.




En línea con tal tradición humanista, Milton defiende la estrecha conexión existente entre los binomios de razón-virtud y de virtud-libertad. Para el republicano, debe tenerse acceso a toda suerte de conocimientos, porque solo a través del conocimiento puede obtenerse mayor virtud y solo a través de la virtud puede alcanzarse la libertad, de ahí que sostenga que un sistema de publicación no sujeto a censura previa permite alcanzar la virtud a través de la búsqueda de la verdad, «¿Por qué, pues, deberíamos aceptar un rigor contrario al estilo de Dios y la naturaleza, abreviando, o apocando esos medios, o sea los libros permitidos sin traba, destinados tanto a la aprobación de la virtud como al ejercicio de la verdad?»24. Así, Milton defiende la conexión indisoluble entre razón, virtud y libertad, argumentando que cuando se nos dio la razón se nos dio también la libertad para escoger, coadyuvándose el concepto de libertad a nuestra propia naturaleza racional, afirmando en la Areopagítica,


«Quéjanse mucho de la divina providencia por haber sufrido la culpa de Adán: tal es de necia su lengua. Al darle Dios la razón, para escoger le dejó libre, pues no hace la razón sino escoger; de otra suerte hubiera sido mero Adán artificial, un Adán como el que aparece en las titererías [...]Dios, pues le dejó libre, y puso ante él un objeto incitante, que poco se apartara de sus ojos; en ello había de consistir su mérito, en ello el derecho a su recompensa, y la alabanza de su privación. ¿Por qué había de crear pasiones en nosotros y placeres en derredor nuestro sino para que resultaren, por la debida templanza, propios ingredientes de lavirtud?»



El concepto miltoniano de virtud está basado en la libertad de elección racional. Concepto humanista de virtud que se basa en una dualidad argumental de notable relevancia, en la medida en que la conquista de la virtud personal coadyuva a alcanzar no sólo la dimensión individual de la libertad sino también la colectiva, dualidad conceptual paradigmáticamente analizada por la maestría de Maquiavelo y que sustenta como veremos más adelante el discurso sobre el que Milton construye la defensa de la libertad de prensa en la Areopagítica.


De otra parte, para Milton el libre encuentro de mentes y opiniones contribuye al enfrentamiento abierto entre la verdad y el error y, en última instancia, a la conquista de la verdad y la libertad, siendo éste el argumento areopagítico que ha alcanzando mayor influencia en el moderno proceso de conceptualización de la libertad de expresión,


« Aunque todos los vientos de la doctrina, desatados, acometieran la tierra, mientras la Verdad no levantare el campo, será agravio de éstas eguir licenciando y prohibiendo, como en incertidumbre de su fortaleza. Entre ella en agarrada con el Engaño; ¿quién supo jamás de vencimiento de ella en libre y paladino encuentro?»



La búsqueda de la verdad no siempre alcanzará su propósito, porque, como argumenta Milton, en los enfrentamientos entre la verdad y el error raramente la primera está libre de costumbres, prejuicios y ataduras sociales, «que, si de prohibir se trata, nada será más fácilmente vedado que la verdad misma, cuyo primer amanecer a nuestros ojos, empañados y obscurecidos por el prejuicio y el uso, es más deforme e inadmisible que muchos errores». Pesimismo en la ulterior victoria de la verdad que Milton esgrime en las últimas páginas de la Areopagítica, afirmando que la supuesta verdad puede transformarse y adecuarse a las ideas y concepciones imperantes en un determinado momento, recurriendo así Milton en el discurso areopagítico a la analogía renacentista que equipara a la verdad con la hija del tiempo (the daughter of time), centrándose en estos argumentos el rechazo miltoniano de la censura, por esto afirma el inglés que los escritos que ha sido licenciados no son sino «lenguage of the times»


«La Verdad no necesita tácticas ni estratagemas ni licencias que la hagan victoriosa [...] No pide ella sino espacio, y que no la aten en el sueño, porque entonces habla incertezas como hiciera el viejo Prometeo, que mentía oráculos sólo cuando hábido y sujeto; asume entonces todas las formas, salvo la suya, y tal vez acompasa la voz según el tiempo»


En consecuencia Milton configura en la Areopagítica una triple fundamentación de la libertad de prensa, de manera que razón, verdad y libertad constituyen tres elementos indisolublemente unidos en el discurso miltoniano, porque si a través del conocimiento se pretende alcanzar la verdad, es necesario que para tal cometido el individuo no esté sometido a restricciones ni limitaciones, en otro caso se le negará su condición primera y última, su libertad, desconociéndosele, en consecuencia, su racionalidad intrínseca, de ahí que Milton reclame al órgano parlamentario la libertad de saber, de hablar y de argüir libremente según la conciencia por encima de todas las libertades, constituyendo el primer escrito de la modernidad que reivindica la libertad de expresión como derecho personal no circunscrito al ámbito del privilegio parlamentario, idea poco corriente, incluso, en el siglo XVIII.


atendiendo a la concepción de la libertad como derecho derivado del nacimiento, como birthright, que había defendido en sus escritos políticos,Milton reivindica la libertad de expresión como derecho individual no sujeto a una determinada connotación religiosa, política o filosófica, exhortando al Parlamento inglés para que derogue el férreo y centenario sistema de censura vigente en la Inglaterra de 1644, redactando uno de los pasajes más universales que en defensa de la libertad de expresión se hayan escrito: 



«Lores y Comunes: los que tal supresión os aconsejan vienen a aconsejaros que os suprimáis a vosotros mismos; y no dilataré más de qué suerte. Si se quiere saber la inmediata causa de todo este libre escribir y hablar, no se le llegará a asignar una más cierta que vuestro humano, libre y benigno gobierno. Lo que vuestros valerosos y felices consejos, Lores y Comunes, nos mercaron es la libertad, nutricia de todos los grandes ingenios; ella es quien refinó e iluminó nuestros espíritus como la celestial influencia; ella la que nos dio franquía y holgura y elevó nuestras aprehensiones unos grados arriba de su nivel primero. No podéis hacernos ahora menos capaces, menos entendidos, menos anhelosos de la busca de la verdad a menos que os hagáis vosotros, que nos hicisteis tales, menos amantes, menos fundadores de nuestra libertad verdadera [...]Aunque no censure la defensa de las justas inmunidades, prefiero empero mi paz, si acabara aquí todo. Dadme la libertad de saber, de hablar y de argüir libremente según mi conciencia, por cima de todas las libertades


El último argumento que Milton esgrime a favor de la libertad de prensa, con el que cierra el discurso de la Areopagítica, se centra en afirmar que el libre debate no sólo contribuye a la autorrealización individual y al desarrollo personal, sino también al buen gobierno, conectando así Milton la dimensión individual y colectiva de la libertad de expresión y justificando la extirpación de todo tipo de control.


«Una cosa conozco, y es que hay errores en un buen gobierno y unomalo casi igualmente acontecederos; pues ¿qué magistrado no andará malde información, harto más fácilmente si la libertad de las prensas queda ceñida al privilegio de unos pocos? Pero enderezar de buen grado y expeditamente los yerros, y en la suma autoridad tener en más una franca advertencia de lo que para otros valiera un suntuoso cohecho, virtud es, honrados Lores y Comunes, correspondiente a vuestras acciones altísimas, y de la que sólo sabrán participar los mayores y más sabiosvarones»


Asi pues, lo que distingue a un buen gobierno es la capacidad para reconocer y corregir errores, de ahí la relevancia del libre debate y de la libertad de crítica implementada desde las esferas ciudadanas. Dinamismo individual y colectivo, privado y público, que refleja el epígrafe introductorio que en boca de Las Suplicantes de Eurípides abre las puertas de la Areopagítica, proclamando el discurso areopagítico desde el frontispicio que la libertad de crítica reconocida al ciudadano contribuye tanto al proceso de aprendizaje individual como al progreso colectivo y público:   



«This is true Liberty when free born men
Having to advise the public,
may speak free, Which he who can, and will, deserves high praise;
Who neither can, nor will, may hold his peace:
What can be juster in a State than this?


Finalmente podría decir que la defensa de la libertad de expresión que John Milton articula en la Areopagítica trasciende el principal argumento que doctrinal y jurisprudencialmente seh aatribuido al ensayo miltoniano, instrumentalizándose la búsqueda de la verdad en aras del sustrato axiológico que informa al discurso areopagítico, esto es, la autorrealización individual como presupuesto de canalización del control político y del progreso colectivo, autorrealización que requiere de un proceso continuo de elección racional en el que juega un papel fundamental el grado de autonomía de que goza el individuo a nivel institucional, que, garantizada, potencia la existencia de seres racionales que eligen libremente y contribuyen en su conjunto al progreso colectivo y al avance del sistema social, de ahí el rechazo miltoniano de toda censura o licencia previa, porque si el Estado infringe tal delicada estructura de confianza y libertad la inteligencia sufre y se atrofia, constituyendo así el dinamismo individual, político y social presupuesto fundacional de la libertad de expresión que reclama Milton en la Areopagítica.



Sé que me quedan muchas cosas por fuera, este es como les repito un breve artículo, donde hacemos un somero estudio de las ideas más importantes, espero haya sido de su atención y agrado hasta una próxima oportunidad.


 
OMAR COLMENARES TRUJILLO
ANALISTA



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