sábado, 25 de agosto de 2018

¡SE PRESUME INOCENTE!




¡SE PRESUME INOCENTE!






EL DESAFOTUNADO DEBATE JUDICIAL EN LAS REDES SOCIALES.


La ley debe mandar, no polemizar.
Séneca


El artículo 29 de la constitución nacional de Colombia desarrollo el famoso principio del Debido proceso y especialmente en el mismo establece: Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable; sin embargo y como muchos del articulado de la magna carta no se cumple; recientemente hemos vista sacudidas las redes sociales por el llamado a indagatoria de la corte suprema de justicia al expresidente Álvaro Uribe Vélez, el debate judicial se volvió en un tema en estos medios y a este aspecto me voy a referir en el presente artículo.


La presunción de inocencia está reconocida en los distintos instrumentos internacionales en materia de derechos humanos: en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948), cuyo artículo 11.1 establece que: "toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad"; en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), cuyo artículo 14.2 dispone que: "toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley"; en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (1950), cuyo artículo 6.2 proclama que: "toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta que su culpabilidad haya sido legalmente establecida"; en la Convención Americana.

Tengo la enorme preocupación de la manera irresponsable con la que los medios de comunicación han manejado la información de los procesos judiciales pero sobretodo en la forma en como los colocan a disposición de forma indiscriminada a una audiencia aturdida por las redes y su legítimo derecho a opinar.

En este orden de ideas el debate político entre el uribismo y sus enemigos lo convirtieron en un terrible debate judicial, por eso una vez emitida la orden de citación a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia, se saturaron con toda clase de infamias, calumnias e injurias contra la dignidad y el honor de una persona.

Los abogados, los jueces, los fiscales y magistrados hemos pasado gran parte de nuestra vida estudiando leyes;  aún recuerdo muy bien las clases de derecho probatorio, del derecho procesal, en donde aprendimos la forma adecuada de valorar una prueba judicial, como se aporta al proceso y la cadena de custodia, en fin; Pero encontrase uno con una infinidad de opinadores aventurados en culpar a otra persona sin tener el mas mínimo criterio para hacerlo, solo a merced de unas publicaciones en un medio de comunicación cargado de odio y que hace política a través de sus editoriales.

Gran parte de los responsables de este fenómeno del debate judicial en las redes es como  decía anteriormente gracias unos periodistas cargados además de un bruto apasionamiento, de un temible resentimiento político, publicando toda clase de comentarios tendenciosos e incendiarios con el único objeto de destruir a su oponente político, a su contrincante desde la trinchera de la libertad de prensa como lo hace la revista semana en Colombia que hace más de 8 años dejó de ser un medio de comunicación serio, respetuoso y con credibilidad.

Es un presupuesto claro, que la verdad de los medios  no es siempre es la verdad judicial, ni mucho menos la verdad material, pero es de tal relevancia en una sociedad, que aunque una persona resulte inocente ante un juez, si los medios de comunicación lo condenaron siempre será culpable.

Desde luego que todos podemos opinar y considerar lo que creamos, pero hablar sobre un procesos judicial, sobre los elementos materiales probatorios, de si los testimonios son ciertos o no, es sumamente peligrosos para la misma democracia, que ha puesto en tela de juicio el magno principio d l debido proceso y la presunción de inocencia; Los señalamientos que se hagan en las redes sociales deben ser veraces y contar con los mismos elementos que se les exige a las publicaciones en medios periodísticos.

La presunción de inocencia constituye uno de los pilares básicos del sistema penal de una democracia. Demasiados periodistas y buena parte de los medios en Colombia, abusando de la libertad de informar, sistemáticamente violan el derecho a la presunción de inocencia, derecho que corresponde a todo imputado en un proceso penal a ser tratado como si fuese inocente hasta que una sentencia en firme lo declare culpable.

Algunos guiados por tinterillos de cuarta categoría, repten una y otra vez las aseveraciones más afrentosas y solamente por diferencias políticas que han convertido en un debate judicial desafortunado, en la que nadie debería opinar salvo para esperar una sentencia judicial

El debate judicial solo se hace en los estrados, y no en los medios de comunicación ni tampoco en las redes sociales; pero hay algo aún más preocupante es una  prensa que quiere influir de forma dañina en la justicia, quiere obligar a los jueces a que condenen o absuelvan con base en informaciones periodísticas y eso es un grave atentado a la democracia y peor aún, lesiona el estado de Derecho, poner la justicia a merced de unos grupos de presión es reprochable desde todo punto de vista.

Pese a los claros textos constitucionales y a la reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional, en Colombia se ha convertido en un deporte la práctica de la calumnia y las sindicaciones contra las personas, tanto en medios como en redes sociales y en publicaciones, generalmente por motivos políticos. Y ello, sin que, cuando se trata de delitos, exista sentencia condenatoria contra las personas afectadas, cuya honra y buen nombre quedan maltratados, muchas veces de manera irreversible. Porque ocurre, además, que casi siempre esas especies -en especial si se han difundido por parte de quien ejerce un alto cargo o es figura pública- esas especies hacen carrera y, a fuerza de ser repetidas, se convierten en "verdades", sin que medie una sentencia judicial condenatoria en firme.

Los medios de comunicación se pasan la ley por la galleta, muchos de estos enemigos del expresidente Uribe, o simples prepagos al mejor postor político, aplican pero el principio de presunción de culpabilidad, tienen  la afanosa tarea de demostrar la responsabilidad de un dirigente político en unos hechos punibles, “no hay otra forma más de eliminar a un contradictor cuando electoralmente no se pudo, la judicial es la alternativa.

Álvaro Uribe Vélez ha sido acusado desde siempre de conformar grupos paramilitares, de ser amigo de la mafia del narcotráfico en Antioquia, sus contradictores políticos lo tildan de criminal y asesino, de haber llegado al poder a través de cientos de muertes de campesinos guerrilleros presentados como falsos positivos, pero hasta ahora ningún juez de la república ha podido condenarlo, ni demostrase efectivamente que dichas aseveraciones sean ciertas.

El recientemente llamado a Indagatoria ante la Corte Suprema de la Justicia corresponde a un presunto manipulación de testigos o fraude procesal, en una decisión judicial evidentemente controvertida, pero que desde luego es respetable y la cual debemos esperar, que los políticos lo usen para hacer proselitismo es casi legítimo, pero nosotros como ciudadanos no debemos caer en el juego maléfico de creer todo lo que se dice en las redes sociales.

Las redes sociales son desde luego un espacio para la deliberación politica, (no judicial) pero lamentablemente nos hemos encontrado con una clase de opinión chatarra o lo que yo mismo he llamado la chatarrización de la opinión, donde personas carentes de elementos de juicio suficientes formulan toda clase de expresiones injuriosas sensacionalistas,  (show mediático); atentando flagrantemente con la presunción de inocencia, pues ahora todos los opinadores se han convertido en respetables analistas, pero en la que circundan ideas demasiado equivocadas e inexactas.

El expresidente Álvaro Uribe Vélez ni es culpable ni es  inocente, dejemos ese debate judicial entre las partes,  en la respectiva Corte suprema de Justicia, nos queda confiar entonces en nuestra justicia, en nuestras instituciones, esperamos, como se resuelve, sea cual sea la decisión, nos corresponde acatar y aceptar.

 Difiero mucho de los que sostiene que la presunción de inocencia es una figura jurídica que compete al estado, no a la sociedad; La presunción de Inocencia no atañe únicamente al debido proceso Judicial, sino que debe ser un categórico valor en nuestra sociedad, debe ser una premisa, sea cual sea nuestro punto de vista, debe ser garantista, porque aunque en la sociedad  la presunción de inocencia no tiene ningún sentido porque no hay una ley escrita que la contemple,  las normas emanan de esa agrupación social, por ese mismos sentido cobra importancia la Injuria y la calumnia como delitos, pues es el estado el que entra a regular las libertades civiles, por muy sociedad que sea.

Finalmente y esta vez sí lo manifiesto como abogado, no podemos ser igualmente irresponsables como lo hacen los medios de comunicación, no podemos pronunciarnos sobre aspectos sustanciales de un  proceso judicial, ello compete únicamente a las partes, y si no lo hacemos los conocedores del derecho, mucho menos las personas que lejanamente comprenden siquiera aspectos básicos de una prueba, por lo tanto, continuemos en el debate político, y cerremos de una vez el espacio a ese desafortunado debate judicial en las redes sociales.


OMAR COLMENARES TRUJILLO








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