YO
TAMBIÉN SOY SNOB
MIMETISMO
SOCIAL
“…El
snob no es Joyce. El Snob no es Michael Butor, ni Andre du Bouchet. El Snob es
el que se pasea la playa de formentor con Finnegans Wake bajo el sobaco. O se
trata de un poderoso Snob; y lo suficientemente astuto como para saber que el primer bañista conocido que le coja el
libro de las manos diciéndole ¿que lee
usted de bueno? Corra el riesgo de
ahogarse sin remisión, o bien estamos ante un Snob medio-que es lo más frecuente-
que utiliza a Finnegans Wake como símbolo
exterior de riqueza intelectual…” Pierre
Daninos.
Ustedes porque creen
que en mis redes sociales comparto las publicaciones de los diarios más importantes
del mundo, The Economist, The Guardian, the Washington Post entre otros, sino es
para presumir cuan cosmopolita puedo llegar a ser; o porque creen que hago
algunas publicaciones de los libros más selectos de la literatura, sino para
ufanarme de mi riqueza intelectual; pues bien, de eso se trata este artículo:
Yo también soy Snob.
Y porque no
confesarlo? Si es que estamos en una sociedad snobista, porque aparentar y
presumir nunca pasará de moda, porque siempre es importante pertenecer a una selecta
clase social, porque atendiendo la esencia misma de la naturaleza humana,
tenemos que rendirle culto a la Ufanía, en donde todo es válido, incluso disfrazarse
y caracterizarse de lo que no somos y lo que es peor nunca seremos.
Soy esnobista igual
que usted, que presume sus títulos académicos, que presume su origen
nobiliario, sus apellidos, Soy esnobista igual al que se jacta de sus viajes,
de sus ropas, de su cuerpo; es el narcisismo puro de una sociedad donde la
arrogancia hace parte del Glamour y la etiqueta, donde debes montarte en la nube
de lo inalcanzable, porque eso si hay que admitirlo, somos los mejores, somos
especiales, somos únicos y la gente debe rendirnos culto.
Advenedizo igual que
usted que lee este artículo, intentando adoptar costumbres y expresiones de
moda, porque hay que estar en la onda de lo exclusivo sea en la música, el cine
o la televisión, has visto la última película
en cartelera? Y porque no mencionar los libros que están en boga, hay que
leerlos para poder pertenecer a esa exclusiva elite, inalcanzable para otros.
Esnob es un
anglicismo derivado de la palabra «snob» con el cual se denomina a una persona
que imita con afectación las maneras, opiniones, etc. de aquellos a quienes
considera distinguidos o de clase social alta para aparentar ser igual que
ellos. Su plural es «esnobs». Deseosos de pertenecer a la élite, los esnobs
tienden a reproducir el comportamiento de una clase social o intelectual a la
que consideran superior. Muchas veces imitan las características de esta clase,
ya sea en el lenguaje, los gustos, las modas y estilos de vida. Al mismo tiempo
tratan con desprecio a los que consideran inferiores. Esta forma de mimetismo
social, definida por primera vez por William Makepeace Thackeray, fue analizada
por sociólogos como Thorstein Veblen o Norbert Elias.
Desconociéndose el
origen de este término, se imaginó la siguiente etimología, de la que, por
ejemplo, se hizo eco Ortega y Gasset: «snob» sería la contracción de la
expresión latina «sine nobilitate», porque «en Inglaterra las listas de vecinos
indicaban junto a cada nombre el oficio y rango de la persona. Por eso, junto
al nombre de los simples burgueses aparecía la abreviatura “s. nob.”, es decir,
“sin nobleza”. Este es el origen de la palabra “snob”.» Sin embargo,
investigaciones modernas desestiman esta teoría
Ni por el chiras se
te ocurra decir que no ha leído la Ilíada o a William Shakespieres, si usted es
snobista debe por lo menos tenerlos en su biblioteca, tampoco se le ocurra preguntar
que es el impresionismo, de una le cortan la cabeza, usted debe cargar bajo su sabiduría
mediana toda información necesaria para ilustrar y demostrar que usted es
precisamente eso y no otro cosa.
Lo vulgar nunca estará
de moda, lo exquisito si, lo más recomendable entonces para un snobista es que
vaya asiduamente a Crepes and waffles, así no tenga idea de que significa
crepes? O al menos que son waffles, que
es lo mínimo que sabe una persona de clase.
El Facebook,
Instragran y el Twitter son los grandes escenarios para el Snobismo, para
lucirse, para ser aquello que precisamente no somos, no importa si usted vive
en las laderas de un barrio subnormal de la ciudad, desde que pueda ir a KFC
una vez al año y montar fotos en la internet comiendo combos con nombres que ni
sabe pronunciar, usted ha pasado la prueba, usted es de los nuestros.
Alguien ha ido al
museo Louvre, claro que si grita el snobista, pero de la historia de María Antonieta
conoce muy poco, pero para que indagar al respecto si lo realmente importante es
lo superficial es decir mostrarle al mundo que tan grande puedo ser.
Siempre me ha
causado curiosidad encontrar gente leyendo en los buses de transmilenio, y digo
curiosidad porque yo personalmente que practico la lectura, no soy capaz de
leer en un bus atascado de gente, pero el esnobismo no conoce fronteras; la próxima
vez llevare a Jean Paul Sartre, lo abriré para todos sepan que tan intelectual soy.
En todas las esferas
de la sociedad el Snobismo se pasea, porque no decir la política, donde grandes
líderes políticos, desde sus egos maquiavélicos afirman y sostienen detentar
una verdad, a la que hacen creer a sus seguidores, como una mísera ilusión de
que tiene a los mejores gobernantes del mundo.
Lo clásico, lo
distinguido, lo elegante, eso es lo que importa, impresionar es la misión, y a
quien no le gusta ser admirado? Bien sea por sus dotes artísticas, literarias, intelectuales
o académicas, y quien no ha comido caviar en un reconocido restaurante, por si
acaso alguno de ustedes fue Andrés carne de Res, por más horrenda que me
resulte la comida allí, el snobista no sale de allí, porque hay que
impresionar.
Y que me dicen de
las hamburguesas del corral, el snobista debe ir a comer allí, es el lugar
famoso de las hamburguesas, para que tus amigos admiren esa capacidad de ir a los mejores
chuzos, aunque lo confieso hay unas hamburguesas de 5 mil pesos que venden
cerca de mi residencia, y son más ricas y deliciosas, pero jamás se lo diré a
nadie, no quiero perder mi rasgo ilustre y nobiliario.
Y que bebida
prefiere? Prefiero una póker o una agulita…No por Dios! Como se te ocurre ¡el esnobista
prefiere corona o Heineken, además de tragos altamente costosos los cuales hay
que digerirlos así no nos guste y nos arda el estómago por no estar
acostumbrados, hay que presumir que pertenecemos a esa clase social
distinguida.
Que música escuchas?
A mí me encanta J balvin..Pero por favor, si quieres pertenecer a la altura pásate
a la onda de Andrea Bocelli o Sara Brightman,
el reggaetón es para los marginales, por más fama y publicidad que tenga, es
algo muy corriente y tú corriente no puedes ser, recuerda que eres especial,
advenedizo, digno de ser admirado por tus particularidades.
El snobista es
refinado, es en términos sencillos es chic, va a los mejores almacenes de ropa,
perfumes altamente costosos como Yves Sant Lorant, así no tenga idea del francés,
lleva consigo gargantillas para presumir poder y autoridad, porque la consigna
es no mostrarse inferior.
Y que me dicen de
las universidades, aquí también conviven con el Snobismo; usted si es egresado
de Harvard es distinguido, pero si es egresado del Politécnico Grancolombiano
entonces es un profesional de medio pelo.
Pues este es el
snobismo de una sociedad, altamente egocéntrica y arrogante y quiero terminar
este breve artículo, agradeciendo a Píerre Daninos con su libro “Snobismo o el
deseo de parecer”, me inspiró gratamente.
“Hay libros de los
que todo el mundo habla y nadie lee, y hay libros leídos por todo el mundo y de
los que nadie habla” Libro
de Hermodoro.
Omar Colmenares
Trujillo
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