COMO EVITAMOS LA GUERRA
EN COLOMBIA?
“UN ANÁLISIS TEÓRICO
POLÍTICO”
HACIA UN CONCEPTO DE
GUERRA…
La guerra ha sido un concepto
que ha marcado hasta hoy la Historia de Colombia, por eso en el presente
artículo intentaré abordar algunos aspectos de la materia, dentro del ámbito de
la teoría política y el Derecho, quizá para explicar por qué mi fuerte convicción
frente al estado de Derecho pero sobre todo lo Social y democrático como primer
peldaño para evitar la guerra y sostener la paz.
El esfuerzo de Gaston Bouthol
sirve de punto de partida para exponer este concepto, “la guerra es una lucha armada y sangrienta
entre agrupaciones organizadas, esta definición a mi juicio encierra
expresamente dos ideas distintas que son la lucha armada sangrienta y la
organización.
Lucha
Armada es el conflicto en sí mismo de la guerra, una en la que
acude a las armas para resolver una disputa cualquiera.
El uso de las armas es
históricamente evidente aunque, en abstracto, alguien pueda forzarnos a admitir
la posibilidad de lucha sin armas, no hay en la historia de la homínida, ni
siquiera en las comunidades más primitivas.
Esta característica ya era
llamada por Gorgias “diferencia
tangible” entre la guerra y la paz,
diferencia que se expresa en la forma de morir: “En tiempos de paz los jóvenes
inhuman a sus padres, pero en la guerra los padres sepultan a sus hijos…en la
paz, los enfermos encuentran cura, mientras que en la guerra, hombres que
rebosan de salud perecen”.
En el origen germánico de
guerra werra, discordia, alude a la característica anterior, la palabra batalla
habla de la actividad que materializa la guerra de la manera más inequívoca.
La sangre como consecuencia
del uso de armas es un común denominador de la guerra.
ORGANIZACIÓN: La expresión
exacta de Bouthol es “Agrupaciones
Organizadas “ que implica varias características.
En primer lugar, se trata de
un asunto humano. No se admite la posibilidad de una guerra que no sea entre
seres humanos. E términos de Konrad Lorenz, es una lucha intraespecífica, por
demás distintiva de la homínida y
que, al parecer los étologos no han encontrado en ninguna
rama del reino animal.
En segundo lugar, implica la
participación activa del hombre, actividad que supone conciencia, voluntad y
reciprocidad. En la guerra, la actividad no se dirige solo contra la materia
inerte “sino siempre, al mismo tiempo, contra la fuerza espiritual que da vida
a esa materia, y es imposible separar una de la otra.”
THOMAS
HOBBES:
El estado de guerra:
El término estado de
naturaleza o "la condición natural del hombre" fue establecida por
Thomas Hobbes, en su obra Leviatán (Hobbes) y su trabajo anterior De Cive.2
Hobbes argumentaba que todos los humanos son por naturaleza iguales en facultades
físicas y psicológicas. Desde esta igualdad y otras causas en la naturaleza
humana, todo el mundo está, naturalmente dispuesto a pelear entre sí, de modo
que "Con todo ello es manifiesto que durante el tiempo en que los hombres
viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o
estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra
todos". En este estado cada persona tiene derecho natural o libertad para
hacer cualquier cosa necesaria para preservar la vida de cada uno; y la vida es
"solitaria, pobre, asquerosa, bruta, y corta" (Leviatán, Capítulos
XIII–XIV). Hobbes describió este estado de naturaleza con la frase en latín
bellum omnium contra omnes (que significa: guerra de todos contra todos), en su
obra De Cive.
MICHEL
FOUCAULT: LA GUERRA INFINITA.
Michel Foucault ( 1926-1984 )
ha reconstruido y extrapolado el pensamiento del historiador francés Henry Comte De Boulainvilliers para configurar lo que llama
discurso hostórico político, teoría en la cual la guerra es el concepto determinante, aunque entendida
de una manera excéntrica respecto tanto a la tradición filosófica precedente,
que Foucault identifica con los contractualistas.
Boulainvilliers va a defender
los derechos de la aristocracia francesa contra la burguesía y el rey, a partir
de la tesis de que aquella clase proviene directamente de los germanos que vencieron
a los antiguos pobladores celtas y romanos, asi convierte el conflicto francés
del siglo XVIII en un conflicto de razas y otorga a la guerra de conquista la
legitimidad para demandar a los descendientes germanos tengan el gobierno del
país siempre en sus manos.
Un general prusiano que
conjugaba admiración y odio hacia uno de los militares más famosos de la
historia NAPOLEON, discípulo presunto y
legado de Kant y Hegel, elaboraría el tratado más famoso y nunca escrito y
erigiría un paradigma de lo que llamaba el arte de la Guerra. Su obra se
publicó cuando Karl Marx empezaba a convertirse en azote del capitalismo, ambos
construyeron una concepción que mira la guerra sin pasión.
CLAUSEWITZ:
POLÍTICA Y ESTADO DE TENSIÓN.
El libro contiene numerosos
ejemplos históricos usados para ilustrar los conceptos presentados. Federico II
de Prusia (conocido también como Federico el Grande) figura de forma prominente
por haber hecho un uso eficiente de los limitados recursos a su disposición.
Napoleón es también una figura central.
De entre muchos conceptos,
tres se distinguen como esenciales en el concepto de Clausewitz:
La guerra nunca debe ser un
propósito en sí misma.
Algunas de las ideas clave (no
necesariamente originarias de Clausewitz sino de su mentor Gerhard von
Scharnhorst) que aparecen el libro De la guerra incluyen (no tienen orden
especial de importancia):
La aproximación dialéctica al
análisis militar
Los métodos de «análisis
crítico»
Los usos y abusos de los
estudios históricos
La naturaleza del mecanismo de
«equilibrio de fuerzas»
La relación entre objetivos
políticos y objetivos militares en la guerra
La relación asimétrica entre
ataque y defensa
La naturaleza del «genio
militar»
La «fascinante trinidad»
(Wunderliche Dreifaltigkeit) de la guerra
Las distinciones filosóficas
entre «guerra absoluta o ideal» y la «guerra real»
En la «guerra rea»" los
polos distintivos entre a) guerra limitada y b) guerra «agotamiento del
enemigo»
La pertenencia de la «Guerra»
la rama social en lugar del arte o la ciencia
La esencia impredecible de la
guerra
La «niebla» de la guerra
La «fricción»
Los «centros de gravedad»
operacionales y estratégicos
El «punto culminante de la
ofensiva»
El «punto culminante de la
victoria»
CARL SCHMITT: La política
EL
CRITERIO AMIGO-ENEMIGO COMO DISTINCIÓN ESPECÍFICA DEL CONCEPTO DE "LO POLÍTICO"
El criterio amigo-enemigo,
planteado por Schmitt como una expresión de la necesidad de diferenciación,
conlleva un sentido de afirmación de sí mismo (nosotros), frente al otro
(ellos). Así pues, es posible observar el contenido positivo de la relación
amigo-enemigo como conciencia de la igualdad y de la otredad, la cual se define
marcando al grupo entre los que se distinguen de los otros con base en ciertos
referentes. La diferencia nosotros-ellos establece un principio de oposición y
complementariedad. La percepción que un grupo desarrolla de sí mismo en
relación con los otros es un elemento que al mismo tiempo que lo cohesiona, lo
distingue. La posibilidad de reconocer al enemigo implica la identificación de
un proyecto político que genera un sentimiento de pertenencia. Pero, ni la
identificación con/del enemigo, ni el sentimiento de pertenencia, ni la misma
posibilidad de la guerra que le dan vida a la relación amigo-enemigo son
inmutables. Antes bien, se encuentran sometidos a variaciones continuas, es
decir, no están definidos de una vez y para siempre.
CONFLICTO
ARMADO VS TERRORISMO
La primera vez que se usó la
expresión “conflicto armado” fue en la Convención internacional sobre
prevención y represión del delito de genocidio, que en su artículo 1, en su
versión inglesa, usa la expresión “armed conflict” que la versión castellana
traduce como “guerra”. “La expresión ‘derecho de la guerra’ es inmediatamente
comprensible y más corta que ‘derecho de los conflictos armados’, mientras que
la expresión ‘derecho humanitario’ requiere explicaciones y se confunde a
menudo con la de ‘derechos humanos’.”
El Diccionario de Derecho
internacional de los Conflictos armados de Pierre Verri define el “Conflicto
armado no internacional” así: “Sinónimo de guerra civil, el conflicto armado no
internacional se caracteriza por el enfrentamiento entre las fuerzas armadas de
un Estado y fuerzas armadas disidentes o rebeldes”.
A su vez, el Diccionario
práctico de Derecho humanitario dice que “a menudo denominado ‘guerra civil’ el
conflicto armado no internacional es un conflicto que se desarrolla sobre el
territorio de un Estado, entre sus fuerzas armadas y fuerzas armadas disidentes
o grupos armados organizados que, bajo las órdenes de un mando con
responsabilidad, ejercen control sobre una parte de su territorio lo que les
permite llevar a cabo operaciones militares continuadas y concertadas”.
Al hablar de guerra este mismo
diccionario dice que “la palabra ‘guerra’ ya no se utiliza en el derecho
internacional actual, que prefiere términos tales como el de ‘conflicto armado
internacional’ para hablar de una guerra entre dos o varios Estados y de ‘conflicto
armado no internacional’ para hablar de una guerra civil”.
En la misma tónica, Schindler
se pregunta si no solamente el concepto de “guerra” ha sido sustituido por el
de “uso de la fuerza” o “conflicto armado”, sino si hoy es posible usar la
expresión “guerra”, puesto que la misma está prohibida.
La intensidad del conflicto
juega un papel fundamental en la definición de la norma aplicable. A un conflicto
que pueda llamarse en verdad “guerra civil” se le aplicarían las normas
completas del Protocolo II, a uno de menor intensidad meramente el artículo 3
común24 y, por supuesto, a las “tensiones internas y disturbios interiores
tales como los motines, los actos esporádicos y aislados de violencia y otros
actos análogos, que no son conflictos armados” no se les aplican las normas de
guerra ni las de Derecho Internacional Humanitario (“DIH”).
BELIGERANCIA
“LA
TEORÍA DEL RECONOCIMIENTO DE REBELDES E INSURRECTOS.”
Para que pueda hacerse un
reconocimiento de beligerancia se requiere que los sublevados ejerzan control
territorial y eso significa, ni más ni menos, que hagan las funciones de Estado
a falta de éste. “By the effective
control of the insurgent movement over part of the territory and people
involved in civil war, an entity is formed which indeed resembles a state in
the sense of international law.”
Los
sublevados deben estar “organizados [de tal manera] que, bajo la dirección de
un mando responsable, ejerzan sobre una parte de dicho territorio un control
tal que les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas y
aplicar el presente Protocolo” como reza el artículo I del Protocolo II, y que apliquen el DIH.
El reconocimiento como
beligerante exige como requisito el control territorial pero no así el de
insurgente, pero por supuesto los efectos no son los mismos. Un efecto común es
el de que mediante el reconocimiento los sublevados adquieren ciertos derechos
que no tenían antes. Los beligerantes adquieren subjetividad internacional y
deben aplicárseles las normas de guerra y ser considerados como combatientes
En cuanto a los insurgentes,
la figura del reconocimiento es mucho menos desarrollada y escasamente usada.48
Se acepta, en general, que los insurgentes tendrán solamente aquellos derechos
que les quiera otorgar el gobierno que haga el reconocimiento, en particular
que sus actos serán considerados de gobierno y no de bandolerismo o piratería y
que “por elementales razones de humanidad” se aplicará el DIH, concretamente el
artículo 3 común,50 teniendo en cuenta que, puesto que se trata de sublevados
que carecen de fuerza y control, el reconocimiento por terceros sería
definitivamente considerado intervención en los asuntos internos.
Por fortuna el Gobierno de
Ivan Duque en Colombia no reconoce el conflicto armado, y por lo tanto quienes
están alzados en armas tampoco reúnen las condiciones para que se les otorgue
el estatus político, así como ninguna forma de beligerancia, Las Farc, ELN y
demás grupos armados, son terroristas y no tienen ningún ideal político o
social más que enriquecerse con las drogas y la violencia.
…Y son terroristas.
EL
TERRORISMO
En diciembre de 2005 un grupo
de expertos convocados por las Naciones Unidas recomendó una definición de
terrorismo que fue adoptada por la Cumbre de Madrid, según la cual terrorismo
es “cualquier acto, además de los especificados en los diferentes convenios destinado a causar la muerte o lesiones
corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de
dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u
obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar una acción
o abstenerse de hacerlo”.
Díez de Velasco define así el
terrorismo internacional: “cualquier acto o amenaza de violencia cometida por
un individuo o un grupo de individuos contra personas, organizaciones, lugares,
sistemas de transporte y comunicación internacionalmente protegidos, con la
intención de causar daños o muerte y el objeto de forzar a un Estado a tomar
determinadas medidas u otorgar determinadas concesiones”. Vale la pena recordar
que en el Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional no aparece el
terrorismo como delito, aunque sí, naturalmente, los diversos actos que puedan
constituir crímenes de guerra o contra la humanidad que lo conforman. No se
llegó a un acuerdo porque algunos consideraron que ciertos actos podrían ser
considerados terrorismo por unos y lucha por la libertad, por otros.
Pero, “por encima de las discusiones
sobre la legitimidad de la lucha armada o las razones que mueven a los
violentos, nunca es lícito ni ético, sin importar las condiciones, el ataque a
los civiles y a quienes están fuera de combate”.
El fin es aterrorizar a la
población con el propósito de alcanzar un objetivo determinado. Hay,
obviamente, infinidad de objetivos (políticos, religiosos, sociales etc.) que
generan otros tantos tipos específicos de terrorismo.
Una primera división es la del
terrorismo internacional que se dirige a objetivos de este tipo, como el
practicado por Al Qaeda, por razones políticas pero también religiosas, o como
la bomba puesta en el avión de Pan Am por terroristas libios que explotó sobre
Lockerbie el 21 de septiembre de 1988, cuya responsabilidad fue aceptada
formalmente por Libia en octubre de 2002.
Y el terrorismo interno que, a
su vez, puede dividirse en dos: aquél que es espontáneo o, en todo caso, no
deriva de una sublevación propiamente dicha, como el palestino, el Ejército
Rojo y la banda Baader- Meinhoff, que actuó en los sesenta y setenta en
Alemania,60 las Brigadas Rojas en el mismo periodo, que actuaban teniendo como
objetivo las multinacionales y los jueces en Italia, los Tupamaros en
Uruguay,62 los Montoneros en Argentina, y, por supuesto, el Ira, rama armada
del Sinn Fein, en Irlanda y la Eta, nacida en 1959 y aún activa en España. Y el
practicado por sublevados que añaden el terrorismo como una de sus múltiples
formas de lucha. Entre estos pueden mencionarse los llamados rebeldes
chechenios; Sendero Luminoso, activo como Partido Comunista del Perú desde
1980, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA); y el M-19,70 las FARC y
el ELN en Colombia.
Como veremos más adelante el
Fortalecimiento del estado de Derecho, así como la construcción verdadera de lo
social y democrático, se convertirán en una de las barreras para evitar el
terrorismo; Porque no es admisible desde ningún punto de vista el sometimiento
del estado al terrorismo y debe fortalecerse no solo militar y judicialmente,
sino que como repito deberá abordar los aspectos de igualdad social y lucha
contra la pobreza en Colombia.
El Infortunado gobierno de
Juan Manuel Santos arrodillo el estado de derecho frente al terrorismo de las
Farc, premio con impunidad y hoy este fenómeno avanza más fuerza, pero lo que
es peor dejó sin herramientas para la construcción de una verdadera paz, sin
adoptar decisiones que nos permitiera trabajar en lo político y social en las
regiones apartadas de Colombia, el abandono estatal persiste y eso es la puerta
generadora de más violencia.
Pero entonces como evitamos la
Guerra?
Es importante señalar que en
todos los territorios existe algún tipo de ordenamiento jurídico pero que ello
no implica que en el mismo rija un Estado de Derecho, ya que para que éste
exista es necesario que la sociedad política se encuentre plenamente
juridificada y donde las normas aseguren que todo ciudadano será tratado por
igual frente a la justicia.
Es importante mencionar que
para que sea considerado como tal un Estado de Derecho debe cumplir una serie
de normas, las mismas son:
La Ley debe ser el mandato
fundamental: todos los ciudadanos, incluso quienes gobiernen deben someterse a
las leyes y ser juzgados en igualdad de condiciones y no se harán excepciones a
ningún individuo, por alto que sea el cargo que posea. Como la Ley es hija del
Poder Legislativo y éste se encuentra separado del resto de poderes del Estado,
el cumplimiento de las normas podría ser más posible.
Deben garantizarse todos los
Derechos y Libertades: es responsabilidad del Estado que la Ley se cumpla y que
en ella se vele por la libertad de todos los individuos que viven bajo su tutela;
la norma máxima del Estado es garantizar este principio.
La Administración debe
encontrarse limitada por la Ley: los directivos del Estado pertenecen a dos
cuerpos diferentes: el Gobierno y la Administración, ésta se trata de un
elemento no-político y se compone de los funcionarios, y, al igual que el
gobierno, se encuentra limitada a las leyes que rijan sobre el territorio.
En las últimas décadas hemos
visto cómo el término democracia ha sido manoseado y llevado a la ruina en
manos de personajes ineptos, lo cual ha traído como consecuencia que muchos
ciudadanos, de países diferentes, se sintieran decepcionados por la política y
llegaran a sentir que vivían en un territorio gobernado por dictadores. Esta
manera de pensar tan actual y tan nefasta para la política ha hecho
trastabillar las bases del Estado de Derecho y obliga a que se busquen con
urgencia alternativas para recuperar la confianza del pueblo en sus
representantes y la formación de una sociedad igualitaria y responsable
políticamente.
Se considera que el Estado
social es un sistema socio-político y económico definido por un conjunto de
condiciones jurídicas, políticas y económicas. En términos generales la mayor
parte de los autores de filosofía del derecho concuerdan en que un Estado
social de derecho se propone fortalecer servicios y garantizar derechos,
considerados esenciales para mantener el nivel de vida necesario para
participar como miembro pleno en la sociedad. Entre esas condiciones se citan
generalmente:
-Asistencia sanitaria.
-Salud
-Educación pública.
-Trabajo y vivienda dignos.
-Indemnización de
desocupación, subsidio familiar.
-Acceso práctico y real a los
recursos culturales: (bibliotecas, museos, tiempo libre).
-Asistencia para personas con
discapacidad y adultos mayores.
-Defensa del ambiente natural.
-Asistencia social.
-Defensa jurídica y asistencia
legal.
-Garantiza los denominados
derechos sociales mediante su reconocimiento en la legislación.
-Provee la integración de las
clases sociales menos favorecidas, evitando la exclusión y la marginación, a
través de la compensación de las desigualdades y de la redistribución de la
renta por medio de los impuestos y el gasto público. Utiliza instrumentos como
los sistemas de educación y sanidad (en mayor o menor grado públicos y
controlados por el Estado, obligatorios, universales, gratuitos y
subvencionados), financiados con cotizaciones sociales. Se tiende a la
intervención en el mercado y la planificación de la economía, todo ello en
contra de los principios del liberalismo clásico.
En la práctica política, tanto
el Estado social como la economía social de mercado son a menudo confundidos
con el Estado del bienestar (welfare state). Esta confusión es a veces natural,
producto de la confluencia en ambos proyectos de historia, resultados,
intereses (véase Estado del Bienestar: Orígenes y Evolución), e incluso medios
(véase economía del bienestar), pero a veces parece intencional, debido a
consideraciones ideológicas o de debate. Es relevante notar que en el idioma alemán
hay dos palabras (Sozialstaat y Wohlfahrtsstaat) que se pueden traducir al
inglés como welfare state. Sin embargo, hay entre ellas una distinción sutil
pero importante: Sozialstaat es un principio (Sozialstaatsprinzip), mientras
que Wohlfahrtsstaat es una política:
In der Politikwissenschaft wird der Terminus
Wohlfahrtsstaat zum Teil abweichend verwendet und gilt als vorwiegend
empirische Kategorie zur vergleichenden Analyse der Aktivitäten moderner
Staaten.8
'En la ciencia política, el
término Estado de bienestar tiene en parte usos o significados distintos, y se
considera que es principalmente una categoría empírica para el análisis
comparativo de las actividades de los Estados modernos.'
3.LAS DESIGUALDADES NO SOLO GENERAN
VIOLENCIA: SON VIOLENCIA
Suele afirmarse que los
desequilibrios, las tremendas desigualdades existentes entre los seres humanos,
generan conflictos, violencia. Podemos recordar, al respecto, las palabras de
Mayor Zaragoza (1997): “El 18% de la humanidad posee el 80% de la riqueza y eso
no puede ser. Esta situación desembocará en grandes conflagraciones, en
emigraciones masivas y en la ocupación de espacios por la fuerza”. También en
la misma dirección afirma Ramón Folch (1998): “La miseria –injusta y
conflictiva- lleva inexorablemente a explotaciones cada vez más insensatas, en
un desesperado intento de pagar intereses, de amortizar capitales y de obtener
algún mínimo beneficio. Esa pobreza exasperante no puede generar más que
insatisfacción y animosidad, odio y ánimo vengativo”.
No hay duda acerca de que los
desequilibrios extremos son insostenibles y provocarán los conflictos y
violencias a los que hacen referencia Mayor Zaragoza o Ramón Folch, pero es
preciso señalar que, en realidad, las desigualdades extremas son también violencia
(Vilches y Gil, 2003). ¿Qué mayor violencia que dejar morir de hambre a
millones de seres humanos, a millones de niños? El mantenimiento de la
situación de extrema pobreza en la que viven tantos millones de seres humanos
es un acto de violencia permanente (ver Reducción de la pobreza). Una violencia
que, es cierto, engendra más violencia, otras formas de violencia:
Las guerras y carreras
armamentistas con sus implicaciones económicas y de sus terribles secuelas para
personas y medio…
El terrorismo en sus muy
diversas manifestaciones, que para algunos se ha convertido en "el
principal enemigo", justificando notables incrementos de los presupuestos
militares… a expensas de otros capítulos.
El crimen organizado, las
mafias, que trafican con droga, armas, seres humanos... con su presencia
creciente en todo el planeta y también con un enorme peso económico, gracias a
la corrupción y al blanqueo del dinero negro que es canalizado hacia empresas
"respetables". Los negocios legales e ilegales resultan así perfectamente
imbricados y el volumen del comercio asociado a mafias se estima de 2 a 10
millardos de dólares.
Las presiones migratorias, con
los dramas que conllevan y los rechazos que producen…
La actividad especuladora de
algunas empresas transnacionales que buscan el mayor beneficio propio a corto
plazo, desplazando su actividad allí donde los controles ambientales y los
derechos de los trabajadores son más débiles, contribuyendo, a menudo con ayuda
de la corrupción, del tráfico de capitales y de los paraísos fiscales, al
deterioro social y a la destrucción del medio ambiente (Diamond, 2006).
Sin embargo, parece obligado
reconocer que esta diversidad cultural está generando terribles conflictos. ¿No
son, acaso, las particularidades las que enfrentan sectariamente a unos grupos
con otros, las causantes del racismo, de las "limpiezas étnicas", de
los genocidios, de los rechazos a los inmigrantes…? (ver Diversidad cultural).
Es preciso rechazar contundentemente esa atribución de los conflictos a la
diversidad cultural. Son los intentos de suprimir la diversidad lo que genera
los problemas, cuando se exalta "lo propio" como lo único bueno, lo
verdadero, y se mira a los otros como infieles a convertir, si es necesario por
la fuerza. O cuando se considera que los otros representan "el mal",
la causa de nuestros problemas, y se busca "la solución" en su
aplastamiento. Los enfrentamientos no surgen porque existan particularismos, no
son debidos a la diversidad, sino a su rechazo (Vilches y Gil, 2003), a la
imposición por la fuerza de “nuestro” derecho sobre el de otros, en perjuicio
de la inmensa mayoría.
El Secretario General resaltó
que la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible representa el proyecto
universal de las Naciones Unidas para logar una sociedad más pacífica y
estable.
“Invertir en una paz significa
invertir en servicios básicos, aunar a los organismos humanitarios y de
desarrollo, crear instituciones eficaces y responsables, proteger los derechos
humanos, promover la cohesión social y la diversidad y avanzar hacia la energía
sostenible”.
Asimismo, subrayó la
importancia de otros factores como la educación y el empleo de calidad.
Cohesión social
Existe un factor del nuevo
capitalismo que Joaquín Estefanía expone de la siguiente manera: La
globalización actúa, en el plano real, en dos sentidos complementarios: la
globalización financiera aumenta las desigualdades entre los beneficios y los
salarios; y la de los mercados incrementa las desigualdades de salarios y
desempleo, entre los trabajadores cualificados y los no cualificados. Es decir,
legitima la fragmentación social, y separa a los que se adaptan a las nuevas
condiciones del mundo de los que no son capaces de hacerlo.
La atomización y destrucción
del tejido social es un mal escasamente estudiado, y de efectos imprevisibles.
Se manifiesta en muy distintos niveles, desde la eliminación de antiguas
cortesías entre los ciudadanos, que produce agrupaciones de población
desconfiadas y poco eficaces funcionalmente, hasta el abandono culpable de
crecientes sectores de excluidos sociales, pasando por un aumento de las
enfermedades mentales y una tendencia a vulnerar las reglas de convivencia y
las leyes, que sectores enteros de población consideran ridículas.
La categoría de riesgo de
exclusión social, se contempla cada vez más en los programas de desarrollo
institucionales. Se ha comprobado que abandonar a los más débiles a su suerte
resulta caro, puesto que ese ahorro se evapora con los esfuerzos crecientes que
exigen el control y represión de los insatisfechos. Pero, al margen de los
programas institucionales, ¿puede lucharse contra la fragmentación social a
través de la sociedad civil? Algunos instrumentos se han revelado muy útiles
para mejorar las cosas:
5.LA NO IMPUNIDAD PARA EL TERRORISMO, UNA
VERDADERA JUSTICIA.
Desde las ciencias políticas y
criminológicas y el Derecho Penal se ha insistido en un aforismo; y es que la
Impunidad genera más violencia” o la misma sensación de impunidad de las que
les he hablado en otras oportunidades, los colombianos hemos sido testigos de
un proceso de paz con las Farc, que sacrifico la justicia por la paz, hoy
evidenciamos cuan grave resulto esa decisión, pues el premio a la violencia,
incidió en el amento del terrorismo.
Por eso no se debe premiar la
delincuencia ni cualquier forma de terrorismo, porque en Colombia no existe un
conflicto armado.
Agradecimientos
Libro
El Rastro de Caín
Guerra, paz y Guerra Civil
Jorge Giraldo Ramírez.2001.
OMAR COLMENARES TRUJILLO ANALISTA |