MARKETING
PÚBLICO
Se puede definir al
Marketing Público como una parte del Marketing No Lucrativo que se circunscribe
a las actividades realizadas por entidades de titularidad pública y en
especial, aquellas directamente relacionadas con los servicios públicos que se
prestan a los ciudadanos.
El Marketing Público
es consecuencia de la introducción de un nuevo modelo de gestión para el sector
público denominado New Public Management a principios de los años 80 en los
países anglosajones.
No obstante, el
Marketing Público siempre ha sido considerado como un marketing periférico
debido no tanto a la dificultad en su aplicación, como a las reticencias que
provocó desde su aparición y al escaso interés despertado entre los distintos
actores que podrían haber influido en su puesta en marcha.
Este desinterés
radica en que la palabra Marketing es peligrosa unida a la de servicio público,
debido fundamentalmente al concepto genérico que se tiene del término Marketing
al equipararse, por parte de los ciudadanos, como publicidad o venta, hecho que
no es admisible como valor o principio en una Administración Pública.
También existen
autores de Marketing que han indicado la imposibilidad de su aplicación en la
Administración Pública, debido a que en él no se dan los principios básicos del
Marketing.
La aplicación del
Marketing Público va a suponer al Estado una herramienta imprescindible en su
actuación de cara a la mejora en su efectividad, ya que permite optimizar los
recursos públicos en aquellos aspectos que realmente importan al ciudadano. En
este sentido, y en función de unos recursos escasos, se puede, a través de las
técnicas de Marketing, elegir aquella opción que tenga mayor impacto social
(eficacia de impacto), así como descubrir “oportunidades comerciales públicas”
o lo que es lo mismo, aquellos deseos o necesidades actuales o potenciales no
cubiertas pero preferidas por el ciudadano frente a otras opciones.
Hay que recordar que la
razón de ser de las organizaciones públicas es servir al ciudadano, y como
afirma Kotler (1995) “si la aplicación de la orientación del Marketing a las
empresas privadas es el mejor camino para aumentar la rentabilidad económica de
las mismas, la aplicación de esta filosofía al sector no lucrativo es la mejor
forma para conseguir la rentabilidad social, es decir, la mejora del nivel de
satisfacción del usuario”.
En las organizaciones
públicas se toma al ciudadano como referente, a partir del cual se crea,
organiza y gestiona todo el servicio. Esto supone algo más que la mera
introducción e utilización de técnicas como instrumentos para la mejora en la
eficiencia de su gestión, ya que supone una mejora del acceso de los ciudadanos
a los servicios, la apertura de cauces más ágiles de reclamaciones y quejas, la
dotación de mayor poder de decisión en aquellos aspectos que se relacionan
directamente con él, y una mayor información sobre los servicios ofrecidos y
sobre los derechos que como usuarios les amparan.
También a través del
Marketing y su investigación comercial, la administración podrá segmentar a
aquellos sectores de ciudadanos que puedan recibir una actuación concreta y
determinada, reduciendo significativamente los costes de realizar una política
en general. Y por añadidura, más cuidadosamente (Wanna, et al, 1992) diseñada a
aquellos ciudadanos cuya demanda y necesidad es mayor.
El Marketing va a
permitir realizar una mejora en la imagen de los servicios que presta, como
también una mejora en los flujos de comunicación entre la administración y los
ciudadanos, premisa básica de la Nueva Gerencia Pública.
Enfocándolo
únicamente a la actuación de los servicios públicos, la aplicación del
Marketing supondrá una mejora sustancial, junto con la calidad, en la
orientación del servicio que se presta a los ciudadanos de forma directa. En
especial en aquellos servicios (micro servicios) donde el ciudadano adquiere la
máxima consideración y donde el Marketing debe adquirir toda su importancia.
Un factor importante
en la aplicación del Marketing es su desarrollo dentro de la propia
Administración Pública (clientes internos) con el objeto de motivar a sus
propios trabajadores con el fin de mejorar los servicios que prestan. Así se
consigue de manera directa una mayor valoración positiva por parte de la
ciudadanía sobre la actividad de la Administración Pública, tal y como indican
de forma reiterada las encuestas de los últimos años y en especial aquellas
referidas al trato directo entre funcionarios y ciudadanos.
“La aplicación del
Marketing Público proveerá a la Administración de los instrumentos idóneos para
reducir las críticas de los grupos de interés o de los medios de comunicación a
las acciones del gobierno dado que el conocimiento de las necesidades del público
facilita la organización de la oferta para su satisfacción, y las herramientas
de comunicación de Marketing asimismo mejorarán las relaciones de la
institución con dichos grupos” (Cowell, 1991).
Un aspecto importante
de aplicación del Marketing es su ayuda a la propia legitimación del Estado
(Sturdivat Frederick, 1981), ya que el poder del Estado se encuentra legitimado
por el poder de la opinión pública, y por tanto debe ser eficiente para los mismos,
en especial tras la aparición del Estado del Bienestar. El Estado debe ser
reconocido por sus ciudadanos como garantizador de sus derechos. Con la
aplicación del Marketing esa legitimidad se verá reforzada al poder atender con
mayor efectividad a las demandas y necesidades de los ciudadanos. Y también, en
la creación de un compromiso (que se puede sustituir por intercambio) entre el
gobierno y los ciudadanos de interés mutuo.
Como dato
significativo cabe destacar que por ejemplo en Francia el ARAP, Association
pour lÁmélioration des Rapports entre Ádministration et le Public (Asociación
para la mejora de los informes entre las administraciones y el público),
organización creada en 1975 y financiada por parte de la administración
central, defendió la necesidad de una estrategia de Marketing en el sector
público. En el Reino Unido el LGTB, Local Government Training Borrad (Consejo
de Asistencia de las Administraciones Locales), señalaba que la adopción de una
estrategia de Marketing no es una cuestión de “vender” un servicio o incluso
crear una demanda; sino cómo hacer un uso eficaz de los escasos recursos
disponibles para garantizar que las personas que se pretenden atender están
siendo realmente atendidas.
Para Achabal y Robert
(1980) las tres razones por las cuales se debe aplicar el Marketing en la
Administración Pública son: un énfasis cada vez mayor en las necesidades de los
ciudadanos; una línea cada vez más nublosa entre el sector público y el sector
privado y, por último, el incremento cada vez mayor de mejoras por parte de los
ciudadanos.
Mejoras en la
Administración Pública por la aplicación del marketing
OPTIMIZACIÓN DE RECURSOS PÚBLICOS
|
Gasto del presupuesto público en
aquellos aspectos que sean determinantes para los ciudadanos, demanda real.
|
OPORTUNIDADES COMERCIALES PÚBLICAS
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Conocimiento de los deseos y
necesidades de los ciudadanos antes de que lo demuestren.
|
SEGMENTACIÓN DEL MERCADO
|
Mejora de la relación de recursos en
los impactos.
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MEJORA EN ATENCIÓN AL CIUDADANO
|
Mejora en el servicio público de
atención directa a los ciudadanos.
|
AUMENTO DEL RENDIMIENTO
|
Aplicación del Marketing interno para
conseguir una mejora en la motivación de los servidores públicos.
|
MEJORA DE LA IMAGEN DE LA
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
|
Mejora efectiva de la imagen de la
Administración pública ante los ciudadanos.
|
LEGITIMIDAD
|
Fortalecimiento de la legitimidad del
Gobierno, fundamental para el fortalecimiento de la democracia.
|
OMAR COLMENARES TRUJILLO ABOGADO ANALISTA |
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