ME ASUSTA LA POLARIZACIÓN
Atiborrada
están las redes sociales de todas clase de declaraciones, expresiones,
opiniones, y también de insultos, agravios, injurias y vituperios de todo tipo,
desde la política, la economía, las artes y el espectáculo, es el melodrama trágico
de un espacio en el que la libertad de expresión se ha convertido en la
trinchera de una guerra mediatiatica y perversa, que amenaza la estabilidad
social en las democracias.
Lo
que tu dices, en segundos se vuelve viral, y tienes que estar preparado, para recibir
todo esa mundo de afrentas por parte de quienes no están de acuerdo con lo que tú
piensas, y bienvenida la crítica, la
pregunta , en qué términos.
Estamos
viviendo una guerra de polarización en nuestra sociedad, una guerra fría,
subrepticia, que ya tiene forma, y que es capaz de decidir los aspectos más elementales de nuestra
humanidad, desde la forma en que vistes, hasta el próximo presidente de los
Estados Unidos.
Quienes
creen en Álvaro Uribe, o siguen sus ideas, son tildados de paramilitares,
Quienes apoyan el proceso de paz, sencillamente son guerrilleros y los
califican de camaradas, hay una contundente segmentación en las opiniones de los usuarios de las redes
sociales, y lejos de la tolerancia y el respeto, lo que vemos es la deformación
del derecho a la libertad de expresión.
Me
asusta esas calificaciones de izquierda y derecha en Twitter, me asusta tanto,
porque no permiten grises, el nivel de apasionamiento sobre todo de los jóvenes
es tan delicado, que pueden convocar marchas para atentar contra la estabilidad
democrática de una nación.
O
eres blanco o eres negro, pero no se permiten matices en tus opiniones, como si
tu debieras estar afiliado a algún sector, ser crítico férreo o ser de un comité
de aplausos; lo que es por ese solo hecho grave, pues pareciera que el análisis,
el pensamiento y el debate respetuoso no
están dentro de estos espacios tecnológicos, que fueron creados aparentemente para
mejorar nuestras vida.
Pero
lo que está bajo la sombra aquí, en mi concepto, es un fanatismo ideológico, que
se tomó las redes sociales, que desde la
trinchera del libre ejercicio de la expresión, dispara y a quienes no piensan como ellos, a quienes
utilizan un pocos más el raciocinio y procesan mejor las informaciones, este
fanatismo, propugnado desde los líderes políticos
como Uribe, Santos llega hasta los mismos jóvenes universitarios.
La
relación Donal Trump con los medios de comunicación, es precisamente la demostración
de este mundo polarizado, las recientes marchas en los estados unidos fueron
convocadas desde la internet, donde los medios de comunicación mas importantes
como el New York Time, producto de la guerra abrumadora que tiene con el recién posesionado
Presidente, utilizo las redes sociales para lanzar dardos, e incitar a la
violencia.
La
información que recibe Latinoamérica del actual presidente Donal Trump en las
redes sociales, es muy diferente de lo que se vive en los mismos en los mismos
estados unidos o de la percepción que
tienen los otros países de occidente y Asia oriental, nos están han mal informando, y ha diseñado una imagen prefabricado de
alguien quien todavía el mundo no conoce.
Mi
consejo es que no creas todo lo que hay en las redes sociales, para evitar
precisamente este fanatismo ideológico, no
quiero más sangre, ni más odios, ni más resentimientos, déjame que me
exprese con respeto, pero con independencia critica, no me ataques
personalmente, tu no me conoces como persona, cuestióname desde los más adentro
de mis ideas, júzgame desde lo más profundo de mis pensamientos, pero no te
atrevas a descalificarme a prima facie, desde lo superficial, si no te gusta lo
que pienso, no me trates de ignorante, de envidioso, o de cualquier otra cosa,
si quieres, podemos debatirlo, pero si no, respeta mi opinión.
Los
temas más álgidos, son política y religión, tan de malas que esos son los
temas que más me apasionan, y lo confieso, a veces me he dejado llevar de los impulsos, pero no
hay ninguna verdad absoluta, solo posiciones, pero cuando expreso algo, lo hago
porque me he quemado las pestañas estudiando y preparándome para poder hablar, pero no en los
bares y clubes, con licor y cigarrillo, o en restaurantes y cafeterías, como lo
hacen los genios del gobierno y la política, porque mi costumbre no es opinar
por opinar, porque es ahí donde se pueden cometer errores, y si algo me asusta,
es esta polarización, mal haría en hacer parte de ella.
No
sé a que nos llevara esto…será el fin…no lo sé…..